Sapiosexual.
Antes de comenzar este artículo cabe destacar que el término 'Sapiosexual' se refiere a ''aquella persona que se siente atraída a otra por su inteligencia más que por su apariencia''.
Mi percepción de algunas cosas había cambiado sin darme cuenta, la vida ya no me parecía una baraja de posibilidades sino más bien un manojo de oportunidades, unas que podía tomar o no, pero que estaban ahí momentáneamente y que no me esperarían toda la vida.
Ahora mis ojos se habían ''abierto'', sentía cada experiencia como si fuera única y atesoraba cada recuerdo como el más especial, quería vivirlo todo, probarlo todo, sentirlo todo...pero más que nada, quería ser feliz sin condición alguna.
William reaparecía en mi vida, volvía el ''Flamante Princípe'' con aquel porte único que arrancaba suspiros, pero algo había cambiado, mis suspiros no alcanzaban los mismos matices que aquellas primeras miradas y aquellos primeros acercamientos, sentía que las circunstancias de verdad nos habían afectado, o al menos a mí, de manera irreparable. El daño ya estaba hecho, no podría estar de nuevo con William sin sentir que ya no era lo mismo.
Al principio su sencillez me había cautivado, luego su trato, después su carisma y por último...ese ''algo'' que no sabía explicar, jamás me había sentido tan ligada a alguien en tan poco tiempo, cada suspiro que me arrancaba salía de lo más profundo de mi ser.
Mi relación con él no era una relación propiamente dicha, lo consideraba más un ‘’saliente’’ que un ‘’novio’’, el término solía incomodarme algunas veces, pero era algo a lo que, algún día, debía acostumbrarme. Ahora todo era más complicado, mis dos carreras me robaban el poco tiempo libre que me quedaba, éste lo invertía estudiando, estudiando y estudiando, llevaba dos semanas sin sacar la cabeza de los libros, y eso que aún no había visto nada ‘’fuerte’’.
Mis noches de insomnio me habían llevado al lugar que tanto temía: A la Esquina de las Reflexiones. Llegaba un momento de la noche en la que ya, no solo, miraba el techo sobre mi cabeza imaginando cuentos extraños, sino que, sin darme cuenta, mis reflexiones lograban llevarme a él irremediablemente, era como si todo el día mi cabeza hubiera planeado ese momento, uno en el que, de nuevo, me recordaría por qué no estábamos juntos y. quizá, nunca lo estaríamos.
Toda aquella ridiculez de ‘’sí él es feliz, yo también’’ resultaba ser cierta, deseaba la felicidad de William sobre la mía y sentía que ya no podía seguir arrastrándolo conmigo y mis problemas, que ya de por sí eran muchos. Quería que estuviera al lado de alguien que pudiera dedicarle en un día lo que tal vez yo podría en dos semanas, detestaba admitirlo pero ya no podíamos ignorarlo, ni siquiera yo me veía a mí misma, menos a mi familia.
Él había tomado la decisión que había rondado mi cabeza unos 2 meses, no era como si hubiéramos ‘’terminado’’, era como si hubiéramos bajado de rango, ya no aspirábamos ser novios, ahora preferíamos ser amigos, aunque la posibilidad no hubiera existido en otras circunstancias. Admiraba su madurez, había caído en cuenta de que yo no podría darle lo que él merecía y era mejor que tomáramos caminos distintos.
Aunque la idea sonaba descabellada en un principio era lo mejor, no sabía en qué momento esta locura se nos había ido de las manos, ya no podíamos estar juntos y aún no lo asimilábamos.
¿Qué pasaba con mi craneoteca? Tenía los papeles fuera de los archivos, las imágenes mezcladas y los recuerdos regados, la información que obtenía conforme avanzaba los estudios de mis respectivas carreras estaba en otro ‘’departamento’’, al menos en uno donde estuvieran ordenadas por materia y mención, me asustaba la idea de dar una exposición de Lingüística y terminar hablando sobre el proceso de creación de barras y tablas, necesitaba tiempo para organizar mi cabeza.
Los días pasaban en el Horance y el Elite, cada vez conocía más y más gente, Arte, Música, Letras, Comunicación, Educación…El que dijo que no iba a tener vida social se equivocó garrafalmente. Tenía uno o dos próspectos, pero no eran nada serio y tampoco quería que lo fueran, estaba muy bien así. No sentía que fuera el momento para iniciar algo con alguien, no era como si aún le debiera respeto a Will, era, más bien, algo propio, no me sentía en condiciones aún.
Se despide, La Jonatica Universitaria