Psicología De Una Vida Alienígena.
El Horance Mantis se había vuelto mi otra casa. En él pasaba días enteros con amigos que estaban igual de locos que yo.
Al fin tenía profesora de Psicología, su nombre se parecía mucho a un personaje de Anime conocido en Japón. Era un tanto más baja que yo, su tono de voz no alcanzaba los decibeles necesarios para que toda la clase la escuchara, pero no podíamos hacer nada con eso. Era hija de un conocido de mi madre, sus reacciones eran algo obsesivas, cuando se trazaba una meta ni el cielo podía convencerla de no cumplirla. Solo veía clase con ella Lunes y Martes, junto con poner un pie en el salón ya nos había repartido copias del programa detallado, todos los dias teniamos una evaluación distinta, cualquier falta (por mas grave que fuera) te dejaba en serio peligro de obtener un bajo promedio, un lujo que yo no podía darme.
El representante de la beca me había asegurado que no tenía ningun problema, si mantenía un promedio sobresaliente la conservaría hasta el final de mis dias allá. Había respirado profundo despues de largos días de agonía, si me era arrebatada optaría por una beca por promedio, pero el papeleo lo convertía en algo extremadamente tedioso.
Hoy no había pasado mas de unos atropellados minutos con Michael, su novia se hacía presente y yo sobraba en aquel cuadro. El aura que desprendían no era precisamente romántica, de no haber sido porque la presentó como tal jamás lo hubiera adivinado. Me recordaba a la relación de unos compañeros, él parecía un satélite alrededor de ella, haciendo todo lo posible para llamar su atención; y ella, reticente hasta la médula, solo le dedicaba la atención necesaria, algo incorrecto segun los parámetros que tenía establecido mi raciocinio. Era la primera vez, desde que nos habíamos conocido oficialmente, que pasabamos mas de 1 dia sin vernos, era extraño saber que, en parte, ansiaba su compañía. ¿Sería que al fin había encontrado a mi ''Mejor amigo del Horance''?
Ahora, además de una Carolina estudiando Humanismo conmigo, tenía a la otra Carolina (que tambien me caia mal) viendo Psicología conmigo en las tardes, era algo que tenía que estar pagando de alguna vida pasada, nadie podía tener tanta mala suerte. Ella, al reconocerme, había fingido no saber quién era yo, lo cual no me molestaba en absoluto, yo hacía exactamente lo mismo. Jamás la había saludado, le había dedicado unas 2 ó 3 miradas fugaces y habían sido sin premeditación. Al pasar la lista habían notado que no se encontraba en el salón, reconocia esa actitud: Había descubierto los sacrificios que haría y ahora re evaluaba si cursarla o no, algo típico en ella.
Mi pequeño círculo se había formado en un santiamen, eramos unas 6 ó 7 chicas, lastimosamente habíamos tenido que dejar a 2 fuera del grupo ya que los equipos de trabajo eran de 5 personas, pero manteníamos cercanía, de ser necesario cualquiera ayudaría a la otra. Sentía más conexión con el grupo de la tarde que con el de la mañana, a excepción de Jared y Dili, no consideraba a nadie más amigo cercano mío.
Solo una semana había pasado y ya tenía programadas 3 evaluaciones, me preparaba mentalmente para perderme de la faz de la tierra algunos dias.
Se despide, La Jonatica Universitaria