Oratoria.

01.10.2013 09:40

Las semanas cada vez eran más cortas, las horas se hacían eternas o fugaces, todo dependía de la materia y el profesor.

No me iba mal en el Elite, Morfo me había dado directo al corazón cuando me dijeron que mi nota era 15 en un examen que había considerado demasiado fácil. Solo Andrea, 19, y yo, 15, habíamos obtenido ‘’altas’’ calificaciones, el 75% de la clase había reprobado.

Lingüística se convertía en una materia algo práctica y nadie se quejaba, había sido algo tediosa hasta ahora.

Lógica estaba próxima a practicar un examen en el que, estaba segura, muchos quedarían aplazados…pero yo no.

Y práctica profesional volvía al ruedo con dos libros, uno del conocido Pablo Neruda y otro de Gabriel García Márquez. Debía exponer mi punto de vista sobre ambos autores y no sabía cómo, ellos eran una eminencia, ¿quién era yo para hacer referencia a su vida y obra?

El Horance tenía días buenos y días monótonos, no consideraba que ninguno fuera malo. Todos los días pasaba algo que me enganchara más a él, ya comenzaba a sentirme parte de aquel extraño universo paralelo.

Ética era frustrante algunas veces, mi forma de vestir no concordaba con lo que debía ser, pero podía hacer ligeras excepciones de vez en cuando. Sacando eso, era una de mis favoritas.

Informática básica aún no había salido de su parte tediosa, estábamos en la parte de la teoría y ejercicios muy elementales, hasta ahora, no consideraba estar haciendo ningún esfuerzo.

Comunicación y comunidad no era fácil, pero eso no le exigía ser difícil. La profesora era nueva y todos los estudiantes eran de semestres superiores, solo unos cuantos sabían que yo era apenas del segundo. Eso no evitó que tomara un pequeño liderazgo en la segunda clase.

Taller de redacción era mi favorita por mucho, me costaba un poco alejarme de la parte literaria narrativa y centrarme en llegar al punto, no era tan sencillo como parecía.

Y oratoria, el gran suceso de la semana. Como ya mencioné, la profesora me había dado introducción el semestre pasado así que ya sabía quién era, compartía la materia con muchos otros así que éramos más como un pequeño grupo de compañeros. La evaluación sería una exposición de un tema con el que nos sintiéramos cómodos y que manejáramos. Por una semana estuve tratando de estudiar un tema para nada interesante y en el cual se notaba mi incomodidad, después de mucho, opté por mi tema favorito: mis preciados Jonas Brothers. Una chica había hablado de una banda conocida pero no con la seguridad que tendría una fan, tal vez eran los nervios, ¿quién sabe? La segunda clase me levanté, tenía mi chapa, respiré profundo y dejé que las palabras fluyeran en el orden que quisieran… Todos me miraban sorprendidos, sabía hasta la hora del nacimiento de cada uno, hablaba de ellos como si vivieran conmigo y recordaba todas las fechas posibles (esas sí debí repasarlas). La profesora solo dijo ‘’hiciste gala de tus conocimientos, no tienes muletillas y desprendes seguridad. Excelente’’ y yo estaba al borde de la efusividad, tuve que hacer todo lo posible porque no se me notara. Estábamos bien hasta que alguien se levantó y dijo ‘’les contaré sobre la herencia que me dejaron mis abuelos: tengo Diabetes tipo 1’’ y ni una sola persona contuvo las lágrimas. Fue un día único en el que todos nos sentimos identificados con algo distinto.

 

‘’La gente cambia y las promesas se rompen’’

 

Se despide, La Jonatica Universitaria