Muertes Inesperadas.

26.04.2013 19:26

 

Desde el principio de los tiempos la muerte era algo de cotidiana convivencia, algo que ocurría con o sin conocimiento, oportuna e inoportunamente, de sorpresa o con aviso…pero siempre dolía, tarde o temprano.

Había quedado claro que la vida no duraba para siempre, pero no era algo que debía considerarse momentáneo, debía aprovecharse mientras se tuviera y tratar siempre de sembrar hermosos recuerdos en las personas que nos rodearan.

Una triste y dolorosa noticia había llegado a mis oídos en el momento menos propicio de la historia: La mamá de uno de mis amigos había muerto rápida y sorpresivamente, sin más que decir.

Su nombre era Deyanira, sus hijos eran más que conocidos, mis amigos. Uno había sido novio de una compañera, otro estudiaba con mi mejor amiga y el menor estudiaba con mi hermano, no había fuerza en el mundo que impidiera nuestra cercanía, de todas formas, teníamos demasiados conocidos en común. Ella siempre había deseado tener una hija, ya que vivía rodeada de varones, y me había adoptado a mí como tal, la veía como una amiga de aventuras, aquella mujer que podría ayudarme a robar un banco, o con la que podría hablar mil horas del sexo opuesto…Era una de las mejores mujeres que había conocido jamás.

La noticia de su fallecimiento me había tomado completamente desprevenida, ¿cómo una mujer tan activa como ella pudo haber muerto de un infarto? ¿Desde hacía cuánto tenía problemas cardíacos? Ninguna de mis preguntas concebía respuesta, ya que muchos allegados a ella también vivían en el desconcierto.

Odiaba sentirme así, sentía que las personas a las que más quería se les era arrebatado lo que más necesitaban en el mundo: Una figura materna. De solo imaginar que aquello pudiera pasarme a mí los ojos se me cristalizaban, mi madre era, básicamente, el pilar de mi vida, sin ella…no sería nada.

Ya no podía razonar, sentía la negrura recorrer mis venas, era como si me hubieran desconectado de mis funciones vitales con un solo movimiento, ¿cuándo me había vuelto tan cercana a ella?

¿Cómo se le explicaría a un niño que ya su heroína no estaría más con él? ¿Quién les ‘’leería la carilla’’ al entrar a la universidad, como a mí? ¿A quién acudirían por consejos? Me dolía el alma de solo imaginarlos con todas esas interrogantes, una tía nunca sería una mamá, aunque podía parecerse mucho. No podía evitar recordar a mi tía y abuela, las amaba más de lo que podía explicarles, ellas habían sido mis otras mamás, me habían enseñado cómo sobrevivir en el mundo exterior, cómo golpear a alguien cuando tratara de sobrepasarse conmigo…Ya no estaban físicamente, pero jamás se irían de mi mente y mi corazón, así como tampoco lo haría Deyanira. Espero que las 3 estén conversando en este momento, conociéndolas, se llevarán de maravillas.

El dolor, aunque intenso, pronto se irá, ahora todo duele y nada más tiene sentido, pero en poco tiempo, aprenderán que se fue para cuidarlos desde otro lugar, para guiarlos desde otro plano…pero jamás se irá de sus corazones, porque ahí estará para siempre.

 

Se despide, La Jonatica Universitaria