Mantequilla, Harina, Azúcar y Pollo.
La esperanza volvía a colarse en mi ventana, el sol lanzaba potentes rayos… pero no en mi dirección, llenaban de luz un sendero frente a mí, uno por el que siempre había querido caminar, pero que me había sido prohibido desde tiempo inimaginables.
Mi país era víctima de una extorsión continua, deseaba que todo acabara de una vez, no podía creer que las personas se dejaran manipular tan fácilmente, sentía que era la única con los ojos abiertos en medio de la pesada penumbra… ¿Cómo haría para abrir aquellos muros de contención?
No distinguía entre derecha e izquierda, ya no escuchaba a los otros candidatos, solo aquel en el que había depositado mi confianza desde la primera vez; los demás candidatos hablaban en idiomas extraños, prometían cosas que llevaban años suspendidas, decían decían, hablaban hablaban…pero sus palabras carecían de significado.
Ahora no faltaban más que unas horas para ese día, ese en el que podía o no ver un nuevo amanecer, ese glorioso día en el que podría decirle a mi hermano ‘’Así quise que conocieras el mundo, no como lo viviste estos años’’…Deseaba que todo resultara de la mejor manera posible.
Mi candidato, ese en el que tanto confiaba, amaba mi país tanto como mis abuelos ya fallecidos, amaba el olor del café recién hecho, el color de las flores, los animales que correteaban cómodos cerca de él…Amaba cada pequeño detalle de una Venezuela que pedía a gritos ser liberada de las cadenas que la sometían.
Ahora me dirijo a ti, no al que está seguro, sino al que aún no sabe a quién darle su voto, ¿estás interesado en una Venezuela donde el ‘presidente’ denigra a los ciudadanos? ¿O en una donde los trata como hermanos?
No tengo edad para votar, mi opinión no siempre es escuchada, mis ideas se quedan estancadas en mi cerebro…pero tu decisión me afectará a mí, lo que tú elijas, tal vez, no estarás para vivirlo, ¡Yo SÍ!
El voto es secreto, nunca lo duden.
Sueño con un país en el que pueda salir de mi casa sin que mi madre me envíe todos los ángeles que conozca, una Venezuela en la que pueda ir a la Universidad sin preocuparme la inseguridad...Sueño con un país libre, con oportunidades, donde no se nos discrimine al no tener experiencia laboral, ¿cómo la tendremos si nadie nos da la oportunidad?
No suelo hablar de política, como se habrán dado cuenta, no se me da, pero mi opinión es importante...
Se despide, La Jonatica Universitaria