Análisis Morfológico.

08.02.2013 19:35

Quisiera comenzar aplaudiendo al chico que estaba hoy en el autobus. Como todos los dias estaba en la esquina del Horance esperando a ver si pasaba, asi no tendría que caminar las largas 3 cuadras hasta la parada de los carritos por puesto. Para mi sorpresa, el micro se tardó menos de 5 minutos. Me subí con una alumna de Música y ambas estuvimos de pie un rato, hasta que una señora se levantó y ella tomó su lugar. Pocas cuadras después se subió una señora de entrada edad, unos de los chicos del liceo cercano al Horance se levantó diciendo ''Señora, siéntese''. Creí que se bajaría poco después, para mi sorpresa, nuevamente, la distancia que lo separaba de su destino era un tanto larga, aquella acción había sido total y completamente honesta, algo que solo había escuchado de la boca de mis padres hacia varios años atras...Tal vez la caballerosidad todavía existía.

Mi semana al fin había terminado, había sido la más agitada que se me podía haber ocurrido (y eso que no había tenido examenes aún). Siguiendo el hilo de las entradas, ya conté los acontecimientos del Lunes y Martes. La reunión de Laura fue el Miércoles, ¡y vaya que me divertí! Los amigos de ella eran un tanto callados y tímidos...pero todo eso desapareció en cuanto le tomé confianza al primero. La reunión fue algo para nada común, todos reíamos en níveles inimaginables, a diferencia de las otras reuniones, en esta no había música carente de sentido, solo se escuchaba el bullicio de muchas personas hablando a la vez. Marial y Andres (hermano de Karla, mi alma gemela femenina) se estaban enamorando lentamente, el aura que desprendían era algo que, ni en mil años, podría explicar con palabras, era algo que no se podía comprar ni vender, algo que nadie controlaba. De eso le hablaba a Michael.

El tiempo que pasaba con él se acortaba pero adquiría mejor calidad, era como si las 2 horas que habíamos pasado hacía varios dias atras se hubieran compactado en solo 30 minutos, y, al contrario de todo pronóstico, era muchísimo mejor, asi apreciaba más cada pequeño segundo que pasaba con él. Comenzaba a preocuparme la cercanía que compartíamos, tal vez aquello era solo un recordatorio latente de una cita que amaba de Amanecer: ''El amor concede a los demás el poder de destruirte''. Eso era lo que pasaba, no en el sentido literal, sino en uno más superficial: Estaba empezando a encariñarme con un dulce Michael. Tenía pocos amigos y muchos conocidos, las personas pasaban a mi lado y me saludaban...pero no las consideraba como mis amigos cercanos, aún habían algunos que, a través de los años, no poseían el título. Michael era único, hacía tanto tiempo deseaba fervientemente un amigo como él, uno con el que pudieras hablar de mil y un cosas y jamás obtener momentos incómodos; uno con el que pudiera críticar a hombres y mujeres por igual y hablar en doble sentido sin preocuparte que piense de ti...Alguien con quien sería yo en total plenitud.

Luego de pasar unas casi 2 horas con Michael fui al encuentro con mi pequeño círculo amistoso, David José, Shal y José David se debatían entre quién cocinaría qué al llegar a la casa de José...No me interesaba quién fuera, si había comida ahí estaría. Después de pasadas unos 30 minutos nos levantamos de la mesa, se nos hacía tarde y debiamos irnos temprano. La visita no había sido para nada una visita normal a la casa de un amigo, comenzando porque José vivía prácticamente solo, luego estaba el asunto de que las cornetas de su computadora alcanzaban decíbeles más altos que cualquier nota de una soprano y, claro, el detalle de que sabía cocinar...Digo, era un hombre, ¿cuánto hombres, además de mi padre, cocineros llegaría a conocer alguna vez en mi vida? Una improvisada pasta había sido servida por mí en los platos de metal, estaba deliciosa y solo había tomado unos 20 minutos en manos de Shal, la salsa era obra de José...Necesitaba encontrar un hombre que cocinara o terminaría secuestrandolo a él.

El jueves anunciaba su llegada con un potente rayo de luz que se colaba por un pequeño agujero en mi ventana, el espacio que existía entre la cortina y la pared. Vería morfo de nuevo, la idea me emocionaba de nuevo, había aprendido a tomarle el gusto a la materia. Las manecillas del reloj me pedían que bajara la velocidad de mis pasos, aún tenía tiempo de sobra para llegar a mi salón. Como todos los jueves mi clase terminó minutos antes de las 9am, dandome tiempo para recordar...que tenía todo el dia libre. Encontré a un enfurruñado Michael sentado en una esquina del pasillo, él detestaba esperar la hora de entrada, más cuando tenía examen. Entró a su salón y yo me fui al lugar en el que solía sentarme cuando quería estar sola, era una zona apartada de la realidad, en la que mi cerebro se desconectaba y volaba lejos....hasta la hora de entrada. Aprox 1 hora después decidí volver a conectar las piernas a los músculos, si me descuidaba terminaría quedandome dormida. Crucé el pasillo central y divisé a un distraido conocido que se acariciaba la nuca de forma ausente, Michael no se veía muy convencido. Su examen había estado más difícil de lo normal y él, apelando a su buen juicio en lugar de a una paráfrasis descomunal, había respondido solo aquellas que conocía de memoria. Lo acompañé hasta el meeting, el lugar donde vendían comida a media cuadra de la universidad. Le conté sobre mi teoría del satélite y él se escudó de forma poco audaz, tal vez debía enseñarle algunas excusas desde ahora. Pasado un rato volvimos a mi ''zona de confort'', el rincón irreal. Permanecimos allá hasta que mi reloj marcó las 12pm. Me había reído hasta sentir que mis pulmones colapsarían y mi estómago se quebraría, había hablado hasta que mis glándulas salivales habían pedido clemencia, asi era con él: Todo o nada. Mi tiempo se agotó y pude ver como se escapa entre mis dedos como la suave arena de la playa, necesitaba detener el tiempo o al menos hacer que se atrasara un poco.

El viernes era el dia más largo del universo, por ser el último dia de la semana todos estabamos ansiosos, queríamos salir corriendo de clases y dormir hasta que los músculos se tensaran por la inactividad. Mi clase de Morfo se acercaba a paso lento, había llegado 1 hora antes solo para estar con Michael un rato, tenía ensayo por tanto no lo vería hasta una hora en la que yo no debía ya estar ahí.

La cabeza me daba vueltas, había analizado  y descompuesto tantas palabras que aseguraba no volver a verlas igual, a pesar de sentir que mi cerebro se derretía, mi grupo había sido el primero en terminar y el único que no había necesitado más que una pequeña aclaratoria sobre un concepto, varios grupos habían hecho una ''zanja'' entre su pupitre y el escritorio, parecían no haber entrado jamás a clase. Para mi sorpresa habíamos sido los que mejores respuestas tenían y los que más habían entendido, sentía que realmente podía hacerlo sola, aunque no estuviera preparada del todo para hacerlo.

Mi semana al fin había llegado a su término, el fin de semana largo me esperaba...y ansiaba dormir al menos 48 horas seguidas...Era una fantasía pero alguna vez podría cumplirse :D

 

Les deseo felices fiestas y un maravilloso tiempo de descanso. Esperen mi entrada el próximo viernes 15, no puedo esperar para ver que revuelo causará el 14 de febrero en el Horance, siendo todos tan románticos.

 

Se despide, La Jonatica Universitaria